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lunes, 14 de febrero de 2011

Objetivo: recuperar la confianza de la ciudadanía en los políticos

Tenemos problemas para llegar al votante de izquierdas de Alcalá de Henares y las elecciones municipales son en mayo. ¿Qué hacemos? ¿Resignarnos? La respuesta es: NO. Culpabilizar a los demás es una mala idea por rancia, falsa y poco creíble. No nos vale. Repetir permanentemente que vamos a ganar las elecciones es una mala técnica, porque  produce efectos contrarios y genera la sensación de que alguien nos trata como a menores de edad. No nos vale.

¿Qué vamos a plantear a los ciudadanos/as? Seguramente un buen programa, con propuestas alternativas a las del PP, haciendo especial hincapié en el aprovechamiento del río y sus riberas, montes, infraestructuras, pactos locales por el empleo, seguridad, limpieza, reindustrialización, tráfico, limpieza, metro, universidad, cultura, etc. etc. Seguramente será una buena oferta material, que junto a las personas que componen la candidatura  no será suficiente para alcanzar medianamente los objetivos del partido. Lo sabemos todos. Igual que sabemos que al pueblo de Alcalá hay que hacerle una oferta de proximidad, de conocer realmente sus problemas, de estar con ellos en los malos tiempos, un mensaje ético, socialista.       

Hay millones de desempleados en España y de ellos según los medios de comunicación alcalaínos, 18.425 son ciudadanos de Alcalá. 18.425 personas referidas a aquellas que se encuentran en edad activa de trabajar. Miles de tragedias individuales y familiares que necesitan soluciones y también mensajes en positivo de aquellos responsables políticos a los que votaron. Y cuando los miran, no pueden encontrar el vacío y la lejanía como respuesta. Eso lo puede hacer el PP, pero no puede hacerlo el PSOE. Ahí radica una de las diferencias entre ellos. Es el momento de estar más cerca que nunca de la ciudadanía, desde la ideología y desde la inteligencia estratégica. Las personas que van en la candidatura del PSOE a las elecciones municipales saben que van a ocupar puestos de trabajo bien remunerados, a ingresar en la mayoría de los casos dos o tres veces lo que ganaban en sus puestos de trabajo fuera de la política. Lo saben, pero no puede ser ese el objetivo. Seria una pesadilla si fuera así. Porque cuando hablamos de partido, hablamos de generosidad, de dedicación a los ciudadanos -sobre todo a los que tienen más dificultades-, de justicia social, de igualdad para todos… Somos un partido que no se arruga ante ninguna adversidad, que puede visitar los palacios pero que se encuentra más cómodo en las barriadas obreras, con los suyos. Y los suyos en Alcalá tienen problemas. ¿Podemos hacer algo desde aquí?

Sea el que sea el número de socialistas que consigan el acta de concejal, no serán muchos. El partido debe decirles y también llevar en su programa a las elecciones municipales de mayo que su salario va a ser de dos mil euros mensuales más doscientos o trescientos euros en concepto de asistencia a comisiones. Un salario suficiente para llevar a cabo su labor política. El resto del salario debería ingresar en una bolsa transparente del partido y realizar con él actividades mensuales tasadas y controladas en beneficio de los ciudadanos y ciudadanas, preferentemente de mayores y jóvenes; mes a mes, de manera positiva, en todas las zonas de la ciudad.

Sería la primera vez que unos políticos realizaran un gesto de esa naturaleza, con esa cuantía y con ese alcance. Una bocanada de aire fresco en la vida política no solo local, sino autonómica y nacional, en tiempos en que los políticos no gozan del favor de la ciudadanía, según numerosas encuestas publicadas. Con esta acción, lo que se pierde por un lado, lo gana el partido por otro, que es de lo que se trata. El partido por encima de las personas, de todas las personas que lo componen.

Si diésemos ese paso -y creemos que hay que darlo-, el Partido en Alcalá avanzaría posiciones políticas y electorales de manera notable en relación a lo previsible. Podría incluso gobernar. Una acción de esa entidad atraería no solo a los medios de comunicación locales, sino a los autonómicos, nacionales y posiblemente hasta de fuera de nuestras fronteras. Sería un gesto inédito en la política, excepcional; y por ello, noticia de primera plana.

 Hay que regenerar la vida política para que los ciudadanos vuelvan a creer en los políticos. Esto puede empezar a ocurrir en Alcalá de Henares de la mano del Partido Socialista Obrero Español. Somos conscientes de la dificultad que presenta esta acción y de las fuerzas contrarias que se pondrían en funcionamiento para evitarla, tanto desde las propias filas socialistas  como desde otras fuerzas. Podría ser un mal ejemplo para los que ya no miran a la ideología de sus partidos sino a sus propios intereses.

Nos jugamos no solo unas elecciones, sino la credibilidad de la ciudadanía de Alcalá en un partido centenario que ha dejado en la memoria colectiva las más hermosas imágenes de valentía, honradez y valores éticos…y de inteligencia política.

¡Salud!

lunes, 7 de febrero de 2011

Centenario de la Casa del Pueblo de Alcalá de Henares


El día 4 de febrero de 1911-hace 100 años- se inauguró en Alcalá de Henares la primera Casa del Pueblo. Algunos historiadores lo dieron a conocer a la dirección de la agrupación local y acordaron con ellos realizar una serie de actos que conmemoraran el acontecimiento. Entre estos historiadores, que se ofrecieron desinteresadamente, se encuentra la alcalaína Pilar Lledó Collada; sin embargo, a través de uno de los comentarios dejados en el blog tuvimos noticia de que, finalmente, Pilar había sido excluida como conferenciante o, dicho de otro modo, había sufrido el veto de los mandamases de la agrupación. Por ello, nos pusimos en comunicación con Pilar para conocer lo que había sucedido.

Hay que aclarar que Pilar no está afiliada al Partido Socialista, aunque siempre ha mantenido una actitud de colaboración con el mismo en diversas actividades que se han desarrollado. Por tanto, con mayor motivo los socialistas afiliados le debemos una disculpa por este desaire tan poco elegante de nuestros regidores, pues, según nos ha comentado la propia Pilar, llevaba varios meses invirtiendo tiempo y esfuerzo para que los actos de conmemoración tuvieran una alta calidad. 

Nos pareció lamentable que la conferencia de Pilar se quedara en la sombra y por ello le ofrecimos esta humilde tribuna como vehículo de expresión y, con su aprobación, la reproducimos, si bien va precedida de un breve comentario de la historiadora en relación con su exclusión del programa. Recomendamos calurosamente la lectura del artículo a todos aquellos que deseen conocer el pasado del Partido Socialista en Alcalá de Henares, aunque algunos parecen más preocupados por su futuro.

(Pulsando sobre las fotografías expuestas se amplía la imagen)


APROXIMACIÓN A LA HISTORIA DEL SOCIALISMO ALCALAÍNO CON MOTIVO DEL CENTENARIO DE LA CASA DEL PUEBLO, por Pilar Lledó Collada (historiadora)

El día 4 de febrero de 2011 se celebró el centenario de la inauguración de la primera Casa del Pueblo en Alcalá de Henares, que estuvo situada en la calle Escritorios. En el acto que tuvo lugar en 1911 intervino nuestro ilustre paisano Manuel Azaña con una conferencia titulada “El problema español”. Un siglo después algunos historiadores, de manera altruista y desinteresada, pretendimos recordar la efemérides y proponer con ese motivo a los dirigentes actuales del PSOE local una serie de actos conmemorativos del centenario de la sede socialista, consistentes en un ciclo de conferencias y una exposición que recordaran también la historia del partido socialista en Alcalá, puesto que el aniversario del mismo en el año 2003 había pasado desapercibido.

Pero la historia no tiene cabida en tiempos electorales, y lo que eran unas conferencias científicas se  han convertido en una serie de actos propagandísticos electorales en el que algunos historiadores hemos sido sustituidos por políticos capitalinos cuyo mérito principal consiste en haber apoyado a Tomás Gómez en su lucha con Trinidad Jiménez por encabezar la candidatura socialista a la Comunidad de Madrid. Por este motivo, y para todos los alcalaínos independientes que sólo pretenden conocer su pasado sin tintes propagandistas, presento en estas páginas una pequeña síntesis de la más que centenaria historia socialista en la ciudad complutense.

Los orígenes del socialismo en Alcalá

El desarrollo del obrerismo alcalaíno se retrotrae hasta los orígenes de la Primera Internacional. En enero de 1872 surge dicha sección en la ciudad complutense. Tres nombres son claves en este desarrollo: Florencio Navarro, Julián Ramos y Francisco Ainsúa, aunque el verdadero impulsor fue Paul Lafargue, yerno de Karl Marx, que bajo el seudónimo de Pablo Farga, representa a la sección alcalaína en el congreso de Zaragoza de abril de 1872, adhiriéndose la sección alcalaína a la Nueva Federación Madrileña, encabezada por Francisco Mora y Pablo Iglesias.

Fotografía de Antonio Fernández Quer, primer concejal
 alcalaíno del Psoe en 1903
Tras una travesía en el desierto, los inicios del siglo XX son fundamentales para el desarrollo del movimiento obrero y del socialismo. En agosto de 1902 surge la Asociación de Obreros de Todos los Oficios, siguiendo los postulados de la II Internacional. Era el origen complutense de la Unión General de Trabajadores (UGT). En octubre de 1903 se funda en Alcalá la Agrupación Socialista, encabezada por Antonio Fernández Quer, albañil alcalaíno que también había fundado la Asociación de Obreros, y que en las elecciones municipales de ese mismo año consiguió ser elegido concejal por dos distritos alcalaínos diferentes, aunque sólo pudo ocupar un  sillón municipal, siendo el primer concejal socialista elegido en Alcalá y en toda la provincia de Madrid. Se mantuvo en el puesto hasta 1914 (solo en un pequeño interregno de 6 meses no fue concejal). Dos años después otro socialista, Mariano Alarcos, alcanza también el acta de edil. Si bien se mantuvo al principio sólo 4 años en el cargo (1905-1909), vuelve a ser elegido en la década de 1910. A partir de entonces siempre tuvo algún representante socialista el Ayuntamiento alcalaíno.

A nivel social y laboral van surgiendo sociedades obreras de todos los oficios, que reivindican la mejora de su sector. Destacan aquí los nombres de Antonio Cao del Río, Jerónimo Fernández, Arcadio Monge, Anastasio Domenech, Felipe Guardia, Andrés Saborit, etc. También los socialistas son protagonistas de la educación  y uno de sus militantes, Francisco Pardina, funda la escuela “El Porvenir de la Infancia”, en la calle Escritorios, al lado de la Casa del Pueblo.

El PSOE tiene momentos de intermitencia, pues su agrupación en Alcalá aparece y desaparece. Pero en 1911 se consolida todo con la fundación de la Casa del Pueblo de Alcalá, impulsada por Antonio Fernández Quer e inaugurada el 4 de febrero con un discurso de Manuel Azaña titulado “El problema español”. Ambos alcalaínos habían fundado la revista satírica “La avispa” el año anterior. En noviembre de 1920 fundaba Serapio Saborit las Juventudes Socialistas en Alcalá de Henares.

Los numerosos conflictos huelguísticos y las movilizaciones obreras que se producen en ese periodo, tienen a los socialistas como protagonistas. Pero no solo a través de las movilizaciones trabajan por la clase obrera. Desde la Casa del Pueblo se imparten clases, se montan bibliotecas y grupos culturales. El objetivo era una sociedad nueva más formada, y para ello la importancia de la Casa del Pueblo era fundamental.


Durante la dictadura de Primo de Rivera la actividad de los socialistas alcalaínos se vio menguada, reflotándose nuevamente con la proclamación de la Segunda República en abril de 1931.

El socialismo alcalaíno durante la II República y la Guerra Civil (1931-1939)

La Segunda República se instauró en Alcalá el 14 de abril de 1931, tras los favorables resultados de las elecciones municipales celebradas dos días antes. A la cita alcalaína concurrieron 4 candidaturas, entre ellas la socialista con 8 representantes, que resultaron elegidos en ese primer ayuntamiento republicano. Sus nombres eran Antonio Cao del Río, Pedro Blas Fernández, Andrés Martínez Rojo, Simón García de Pedro, Ruperto Merino Cablanque, Pedro García Isidro, Jesús Rodríguez Ruiz y Diego Soriano. Su situación en el consistorio republicano no iba a ser fácil, pues debían enfrentarse al resto de concejales, de filiación monárquica, que pronto abandonaron sus funciones. Los problemas a los que tuvieron que hacer frente eran la escasez en las arcas municipales y el aumento del paro obrero. Para paliarlo los socialistas recurrieron a la financiación de obras importantes para el municipio, como unas nuevas escuelas, la red de abastecimiento de agua, o, la más importante, el Manicomio Provincial.

A partir de 1934 hubo una gran expansión de las dos centrales sindicales, la UGT y la CNT, que llegaron a diferentes acuerdos, al albur de la conflictividad laboral. En febrero de ese año el despido de 150 obreros de las obras del Manicomio supuso la movilización de los sindicatos, con un primer acercamiento de ambos en el ramo de la construcción. Tras una concentración obrera en un solar del Paseo de la Estación, acordaron convocar un paro general de 48 horas el 28 de febrero, que desembocó en una huelga general. No fue la única de ese año. La segunda se produjo en octubre, atendiendo a la llamada del PSOE tras la entrada de la CEDA en el gobierno. En esta ocasión, y pese a la ausencia de incidentes graves, tuvo consecuencias: los obreros más significados fueron encarcelados, y para dificultar la labor represora, el secretario local del partido mandó quemar los ficheros de la agrupación, que durante varios meses quedó desmantelada; y una Comisión gestora sustituyó a la corporación municipal elegida en 1931. El PSOE local no constituyó un nuevo comité ejecutivo hasta octubre de 1935, presidido por Felipe Guillamas y con el maestro Ángel García como secretario. En febrero de 1936 hubo nuevas elecciones generales, que fueron ganadas por la coalición izquierdista del Frente Popular. Eso supuso el retorno al Ayuntamiento alcalaíno de los concejales elegidos en 1931, y tras unos incidentes callejeros en marzo, la presencia de un socialista como alcalde por primera vez en esta ciudad: Pedro Blas. Fue una conflictiva primavera la de 1936, con huelgas y enfrentamientos callejeros. Pero el 18 de julio un fracasado golpe militar desembocó en una Guerra Civil de 3 años.  Los socialistas, como el resto de la clase obrera, se echaron a la calle para combatirlo. En Alcalá la sublevación fracasó, y la ciudad fue republicana hasta el 28 de marzo de 1939.

La Casa del Pueblo de Alcalá de Henares, en la revista Defensa Nacional,
 números 5 y 6 (1937). Se había establecido en el colegio de las Escolapias.
  
Durante la guerra los socialistas se incautan del colegio de las Escolapias, en la calle Santiago, como Casa del Pueblo, y allí alojan a varios pilotos rusos. Pocos concejales asistían a los plenos, y ante la parálisis municipal, el gobierno decidió sustituirlos en febrero de 1937 por nuevos Consejos Municipales compuestos de forma proporcional por integrantes de los partidos del Frente Popular., entre ellos 3 del PSOE y 7 de la UGT. El nuevo Consejo estaba presidido por el socialista Simón García de Pedro, que tuvo serios enfrentamientos con El Campesino, jefe de la 46 brigada del ejército republicano que estaba acuartelada en el Manicomio provincial. A lo largo de esos dos años hubo una larga lista de concejales socialistas y de la UGT, porque muchos dejaban el cargo al ser militarizados. En concreto pasaron por el Ayuntamiento 13 de la UGT (Felipe Guilladas, Dalmacio Salamanca, Pedro Blas, Casimiro Ilarraza, Bonifacio Loeches, Basilio Yebra, José Roa, Claudio Sanz, Gregorio Ruiz, Felipe Loeches, Eugenio Heredero, Tomás Rico y Jacinto Vadillo)  y 4 del PSOE (el alcalde, Andrés Martínez, Agustín Anuarbe y  Antonio Cao).

La dictadura franquista

El final de la Guerra Civil y la derrota de la República no supuso la paz, sino la victoria. Los vencedores no tuvieron piedad con los vencidos. Alcalá de Henares fue durante toda la contienda territorio leal a la República, y la llamada “Alcalá la Roja” sufrió una durísima represión. Las estructuras de la Unión General de Trabajadores y del Partido Socialista Obrero Español fueron desmanteladas. Sus locales fueron incautados, sus bienes confiscados y sus militantes perseguidos, encarcelados y fusilados. Muchos de los fusilados que se encuentran en el Zanjón del viejo cementerio de Alcalá pertenecen a la UGT y al PSOE. Agustín Anuarbe Pardo, concejal del PSOE y presidente de la Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) es fusilado el 28 de abril de 1939. Basilio Yebra, concejal de UGT, es fusilado también el 28 de abril de 1939. Casimiro Ilarraza, también concejal durante la Guerra Civil por UGT,  es fusilado el 27 de junio de 1940. También es fusilado el profesor socialista Ángel García, que había sido secretario del PSOE complutense. Otros sufrieron duras penas de cárcel, como el primer alcalde socialista, Pedro Blas, o el que también fuera alcalde del PSOE durante la Guerra Civil, Simón García de Pedro. Igualmente fueron a prisión un ya mayor Antonio Cao del Río o el profesor socialista Francisco Pardinas, fundador de la escuela “El Porvenir de la Infancia”, quien se salvó de un mayor castigo gracias a la intervención de su hijo falangista, pero no pudo volver a ejercer la docencia y tuvo que cerrar su escuela. Otros, como Bonifacio Loeches Carmona (concejal del PSOE en la Guerra) o Domingo Piris (militante de UGT), tras pasar años en la cárcel, encontraron la muerte en los luctuosos sucesos de la explosión del polvorín en Alcalá de Henares en septiembre de 1947. Este lamentable hecho, producto de un accidente, sirvió para que las autoridades franquistas desmantelaran las estructuras de resistencia comunista en la ciudad (como habían hecho un año antes con las anarquistas), fusilaran a 8 militantes del PCE y de las JSU y condenaran a más de 60 personas a distintas penas de cárcel.
        
Alcalá pasó muchos años de inactividad política de izquierdas, y para ver atisbos de resistencia antifranquista habría que esperar a los años finales de la década de 1960, aunque vendrían sobre todo de las filas del comunismo. Para ver asomar a los primeros socialistas complutenses en la clandestinidad hay que esperar a los inicios de la nueva década de los 70, con los seguidores de las nuevas ideas emanadas del congreso de Suresnes y de su impulsor Felipe González.

El PSOE en democracia

Acto de Javier Solana y Genoveva Christoff "Parlamentarios rinden
 cuentas al pueblo", 1979. Foto: Col. particular Eduardo Magdalena
El primer acto público de un PSOE todavía clandestino en Alcalá tuvo lugar en el Teatro Salón Cervantes, con asistencia de un millar de personas, un sábado del mes de diciembre de 1976. El acto, que duró una hora, estuvo presentado por el abogado Agustín de la Fuente, y también intervinieron Isidro Esteban Frutos, Teresa Bach, Inés Dueñas, Ciriaco de Vicente y Javier Solana. Después de tres décadas de clandestinidad, se cantó en ese teatro la Internacional y se vieron puños en alto.
 
El partido fue legalizado meses después, y los alcalaínos empezaron a afiliarse. Alguno recuerda su periplo por diferentes locales ruinosos que hacían las veces de improvisada Casa del Pueblo, y el frío que pasaban en ellos. Estaban situados en las calles Ramón y Cajal, Santiago, y en un local comercial en el barrio Venecia, hasta que finalmente se trasladaron al lado de la antigua Plaza de Toros, donde estuvo la Casa del Pueblo más de una década, hasta que la UGT se quedó con ella. En esos primeros tiempos había unos sesenta afliliados, con tres procedencias diferentes: los antiguos militantes del partido que provenían de la época de la República y la Guerra Civil, los emigrantes procedentes de los países europeos, afiliados a sindicatos en esos países y nuevos afiliados menores de treinta años sin bagaje político. Todos juntos prepararon con ilusión las primeras elecciones municipales de la nueva etapa democrática, que tuvieron lugar en 1979. A ellas concurrieron varios partidos de izquierdas, como el PCE, la ORT y su gran miedo era conocer el poder real que tenía el Partido Comunista, que había llevado todo el peso político en la clandestinidad. Finalmente, el resultado fue de 12 concejales el PSOE, 6 el PCE, 6 la UCD y 2 la ORT. El día que se constituyó la nueva corporación democrática fue un día de fiesta en Alcalá, con la plaza de Cervantes llena a rebosar de gente que les aclamaba. En las listas socialistas sólo iba una mujer, Genoveva Cristoff.  Ya en esos primeros momentos, se percibían en el seno del PSOE local cierta división, motivada por la elección del candidato a la alcaldía. La persona que se postulaba para ocupar ese puesto era Arsenio Lope Huerta, pero finalmente no fue elegido por el partido, ya que pesaban sus antecedentes familiares vinculados a la derecha local. El elegido fue Carlos Valenzuela, que se convertiría en el primer alcalde socialista de la democracia gracias a un pacto de izquierdas para conseguir el mayor número posible de alcaldías; pero la desconfianza era tanta que en las votaciones los concejales socialistas pasaban ante el responsable comunista para enseñar su voto y los comunistas hacían  lo propio con los socialistas. Los principales problemas a los que tuvo que enfrentarse esa primera corporación fueron la falta de hospital, la escasez de agua, el paso  por el centro de la ciudad de la carretera Nacional II, un urbanismo descontrolado y sin plan general de ordenación urbana, y la falta de colegios e infraestructuras en los barrios; todo ello en medio de una grave crisis económica que produjo un gran cierre de empresas y paro.  Los secretarios generales de la agrupación local durante este período fueron Carlos Baylin, Adolfo Fernández Sixto, José Morilla y Teresa Bach.


Visita de Felipe González en marzo de 1979 con Arsenio
Lope Huerta y José Morilla. Foto: colección particular de
Eduardo Magdalena


El PSOE se presentó a las elecciones municipales de 1983 con el lema “Recuperar Alcalá”, y ganaron con 17 concejales, el mejor resultado de su historia. El alcalde fue Arsenio Lope Huerta, y con él se inició la colaboración con la Universidad que trajo consigo la recuperación de los antiguos edificios universitarios, que culminó con la firma del Convenio intergubernamental de 1985.  Fueron los cimientos para la consecución del título de “Patrimonio de la Humanidad” para la ciudad en 1998.  Durante el periodo de 1987 a 1995 el PSOE vuelve a gobernar Alcalá  de la mano de Florencio Campos. Fueron años de expansión y crecimiento, pero poco antes de las elecciones de 1995 estalló el escándalo del caso Ferrer, que implicaba al alcalde en una trama de financiación irregular de campañas del partido, y, aunque al cabo de los años se demostró su inocencia, le costó al PSOE las elecciones municipales de 1995. Durante esos años el partido es dirigido por Tomás Sánchez, aunque ya afloraban las distintas familias que disgregarían la agrupación local. 700 ha sido el mayor número de afiliados en la ciudad y actualmente rondan los 600.


Hasta 1999 no consigue el PSOE recuperar la alcaldía, gracias a un pacto de legislatura con Izquierda Unida. El alcalde fue Manuel Peinado, pero sus malas relaciones con el Secretario General del partido Miguel Buenestado y su impopularidad por el plan de peatonalización del centro de la ciudad, hicieron que el gobierno local pasara a manos del PP en 2003, y desde entonces la agrupación local se afana por recuperarlo, en la actualidad de la mano de Eusebio González como Secretario General  y de Javier Rodríguez como candidato.

Primer cartel electoral del Psoe en 1979, primeras elecciones democráticas
 Colección particular Eduardo Magdalena 

La parte del artículo en la que se habla de los orígenes del Partido Socialista en Alcalá, así como la relativa al franquismo, está realizada según los textos redactados por el historiador Julián Vadillo para la exposición que se iba a realizar en la Casa del Pueblo. Vadillo y Pilar Lledó fueron quienes se encargaron de realizar el primer programa de los actos de celebración del centenario de la Casa del Pueblo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Así, no

Da la impresión de que la asamblea para aprobar la candidatura de la Comisión Ejecutiva Local, para las elecciones municipales de mayo, se haya producido hace ya mucho tiempo y, sin embargo, fue hace apenas una semana.

Ha pasado sin pena ni gloria. No se han discutido por la militancia los hombres y mujeres más capacitados para ir en una lista que representa al Partido. Sin posibilidad de debate, de discusión, sin nada de nada. La inmensa mayoría del 28% aproximadamente de militantes entre los que asistieron a la asamblea y los que solo fueron a votar, no conocía la candidatura, y además, el Presidente de Mesa señaló que los militantes no podían intervenir; es decir, no podían tomar la palabra y expresar lo que pensaban. Así pues, dejemos la siguiente frase para la reflexión colectiva: “no se conocía la candidatura, y además, una vez conocida en la asamblea, no se podía hablar sobre ella”

Se ha pasado el trámite de votar, sin más. Muy de aparato, muy constreñida al reglamento, muy rígida, formalista, sin finura, sin pasión política. A la manera de aquella vieja práctica de la mesa camilla, donde se hacían repartos por cuotas dentro de las diferentes sensibilidades sin atender a los perfiles personales, políticos y de cualificación para la tarea política de los candidatos.

 Claro que esto ha tenido un efecto que hay que analizar detenidamente. Si descontamos los interesados, familias y amigos, hay una parte importantísima del Partido que no ha acudido a votar. Nos comunican los resultados de la elección, sin más, diciendo que han votado afirmativamente el 90%, sin decirnos que el voto positivo fue el 90% del 28%, que no es lo mismo, ni parecido. Sinceramente, esto no se lo puede permitir el PSOE. Ni se lo puede permitir y seguramente tampoco lo va a permitir. No vivimos tiempos precisamente de corderos ante actitudes que dejan a la militancia solo para el buzoneo y similares, sin activar acciones de participación de los militantes en la vida de la Organización.

Quienes plantean una candidatura de esta manera, asumen personalmente los resultados electorales de las próximas elecciones del mes de mayo. Es de suponer que tendrán encuestas y otras informaciones que los demás no tenemos y de ahí que afirmen que vamos a ganar. Ganar es tener más votos que el partido popular. Que así sea. 

¡Ah! Los que manifiestan desacuerdo por lo que se produce a su alrededor no son enemigos de nadie, sino amigos de su Partido, de su ideología, de sus compañeros y de su esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Es necesario luchar para que los ciudadanos puedan contar con el mejor de los partidos políticos, para que puedan hacerse realidad los deseos y sueños de los ciudadanos desde los valores de libertad, justicia e igualdad. Y quienes han estado siempre al frente, defendiendo esos valores, han sido los hombres y mujeres socialistas.

Seguimos pensando que se pueden ganar las elecciones, pero hay que hacer gestos a los ciudadanos. Y hay que hacerlos con, entre otros, los salarios. Devolviendo parte de los mismos a los ciudadanos. Pero de esto, hablaremos otro día.

¡Salud!