Han pasado meses desde la
elección de la nueva ejecutiva socialista de Alcalá de Henares y el ambiente no
es de euforia, ni siquiera entre los que ganaron la partida. Y eso que
triplicaron en votos a la lista del anterior secretario general Eusebio
González, el cual, después de hacer pública su decisión de presentarse para el
cargo, no dudó en dar marcha atrás y alentar a otros para conformar una lista
claramente perdedora, sin ninguna posibilidad, al haber perdido por el camino los
apoyos que le llevaron a la dirección local del Partido.
Un pequeño movimiento transversal
y la plaza fuerte de apoyo al secretario general de Madrid, la fortaleza de las
tierras del Henares, quedó convertida en plaza importante socialista, sin más.
Los que persigan los apoyos de Alcalá deberán ganarlos con su actitud personal
y política.
Los escasos apoyos del otrora poderoso secretario general dice
mucho de la inestabilidad de la política cuando no se asienta sobre fundamentos
sólidos, con proyectos de futuro y con una militancia activa en todos los
frentes. El haber conseguido sólo un 28% aproximadamente de los votos válidos
emitidos ha generado un profundo desaliento entre los más cercanos, a los que
se decía que había opciones de ganar la nueva dirección política.
Ahora se va diciendo por ahí a todo el que quiere oír, que esto ha sido
sólo una batalla y que se recuperarán las viejas banderas perdidas, que todo
volverá a ser como antes. No es verdad, ya nada será igual. No es que haya
cambiado el Partido, que no es esa precisamente la nota más característica de
ésta confrontación interna, es que ya nada es igual en ningún lugar.
El Partido Socialista deberá
reflexionar sobre nuevas vías de acercamiento a los ciudadanos. El país no está
para escuchar lo de siempre. Está quemado, aburrido, preocupado, deprimido...
No quiere las viejas recetas, esas ya las conoce. Quiere creer en algo,
necesita honradez, que le digan la verdad, necesita esperanza. Que cuando
elijan a alguien éste no les mienta, que no les cuenten más cuentos. Necesita
que ganen los buenos. Porque todo tiene su límite. Y el de este país está
cerca.
Ahora toca desplegar las banderas
de la ilusión y del trabajo compartido. Ahora lo que toca es trabajar por
Alcalá. No por nadie en particular, sino por Alcalá, por el PSOE. Porque se
vislumbra en el horizonte una posibilidad de apoyo ciudadano si somos capaces
de conectar, de nuevo, con una ciudadanía necesitada de los valores
socialistas. Una ciudadanía que le ha dado la espalda al PSOE pero que está
viendo en unos meses la verdadera cara del PP, esa organización depredadora del
presente y del futuro de sus familias. Una organización con ánimo de lucro, que
está llevando a la ruina a la mayoría de los españoles mientras se arrodilla
ante el Banco Central Europeo, ante el Fondo Monetario Internacional y ante esa
Alemania que más que querer pertenecer a Europa, quiere que Europa pertenezca a
Alemania.
Ahora es más necesario que nunca
el socialismo. Un socialismo que recupere lo mejor de sus valores y se los
ofrezca a los ciudadanos, aportando dignidad, honradez y esperanza. Si no
conseguimos acercarnos a ellos en estos momentos de terribles necesidades,
dejaremos de ser una opción real en el futuro.
España camina sin rumbo, perdida,
sin saber adonde mirar. Asustada, sin horizontes, con el orgullo apenas
sustentado por un balón de fútbol. Y es precisamente en esta situación cuando
deben surgir los líderes socialistas ofreciéndose a la ciudadanía, sin conejos
en la chistera. De hombre a hombre, de mujer a mujer; cerca, muy cerca, de
ellos.
Mientras tanto, el PP local y esa
organización que la asiste, la UPyD,
cogiditos de la mano y encantados de haberse conocido siguen apoyando los
destrozos que al tejido ciudadano está realizando tanto Rajoy ”el ausente”
como esa marquesita penosa y tarambana
de Madrid. Quieren hacer, aprovechando la crisis que ellos mismos han generado,
un cambio de modelo político, del Estado Social de Derecho, al Estado
neoconservador de la Escuela
de Chicago. Esta batalla se está dando con toda su dureza y es preciso avanzar
las posiciones socialistas para enfrentarse frontalmente contra esta franquicia
conservadora, S.A., cuyo único interés es seguir poseyendo los mecanismos de
control del dinero y del poder. Sobre esto hay que seguir reflexionando.
En Alcalá, felicitamos al nuevo
secretario general de la agrupación local del PSOE. Ha asumido la
responsabilidad de mejorar el Partido, de convertirlo en un buen instrumento
político socialista y de llegar en las mejores condiciones a los albores de las
futuras elecciones locales alcalaínas. Pero ese, será otro tiempo.
Ahora, es tiempo de valientes en
el PSOE. Es el tiempo de los hombres y mujeres socialistas de corazón. Es el
tiempo de los buenos.
¡Salud!