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martes, 14 de junio de 2011

Una renovación necesaria

Dentro del salón de plenos del ayuntamiento complutense echaba a andar un nuevo gobierno municipal el sábado, 11 de junio de 2011; pero más  interesante era lo que sucedía a las puertas de la casa consistorial. Un grupo de personas, no muy numeroso aunque dinámico, se hacía notar con sus gritos, pancartas y silbatos. Estas personas, adscritas al bautizado como “Movimiento 15M” o “indignados”, ponían una nota de color en un acto tan serio como era la formación de un nuevo concejo municipal.
Del edificio salían concejales entre gritos ensordecedores y poco amables, tanto por el contenido como por la forma. Contemplar esta situación indiscriminada hacia el conjunto de los representantes políticos generó una honda preocupación entre algunos de los que allí estábamos. Aunque es cierto que la ciudadanía viene desde hace tiempo enviando recados de su insatisfacción y hace tiempo que muchos han dejado de creer en lo que los políticos han vendido respecto a su función de representación pública. Uno de los lemas más coreados era: “Que no nos representan, que no…”. Y parece ser que muchos ciudadanos perciben la actividad política como la fórmula para disfrutar de una vida acomodada, aspecto que sería común a cualquier político, independientemente del signo o partido al que pertenezcan.
Al cargo público se accede, la mayoría de las veces, por un cúmulo de situaciones personales, con un alto porcentaje de casualidad; no por estar dotado de características especiales que repercutan en un desempeño sobresaliente de la función. De ahí que, en beneficio de los ciudadanos, que financian el sistema con los impuestos, sería bueno comenzar a realizar reflexiones serias y de realización urgente para no vernos desbordados: hoy proponemos listas abiertas; tanto en el interior del Partido, para hacerlo más democrático y trasparente, como para el sistema electoral general, en el que el elector tenga mayores opciones para elegir, frente al actual de listas cerradas en el que los partidos ofrecen candidaturas atadas y bien atadas, que suelen representar el poder de los candidatos dentro de sus partidos.
¿Qué futuro espera al PSOE si no se acometen cambios? En principio, a quien se encuentra ya instalado en la política los cambios le gustan poco.  En una entrevista reciente, el portavoz del grupo municipal socialista de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez, manifestó: “Hemos tenido en esta semana reunión de la ejecutiva del partido en Alcalá y asamblea de militantes, y hemos notado el respaldo de la militancia para trabajar en la misma línea en la que se ha trabajado”. Esperamos que la apreciación subjetiva que implica el verbo “notar” no se corresponda con una aprobación objetiva de los militantes. Si se está de acuerdo con una línea que ha dado como resultado la pérdida de dos concejales, con un ligero esfuerzo dentro de cuatro años quizá se puedan perder tres, o incluso más.
En Alcalá, militantes muy comprometidos del PSOE han reconocido que en los últimos tiempos no se ha actuado como un verdadero partido de izquierdas. Debe desecharse la idea de que el PSOE es sólo una marca electoral. En unas elecciones no se trata de decidir entre Coca Cola  o Pepsi, sino de algo más serio que conlleva ideas y valores. Algunos cargos políticos del Partido Socialista, un tanto aburguesados, parecen no haberse dado cuenta de ello.
Deseamos al movimiento del 15M continuidad y le agradecemos que haya despertado muchas conciencias, dormidas unas, acomodadas otras, y que con su explosión controlada nos haya dicho, más al PSOE que a otros grupos, que por ese camino no, que no nos conduce hacia ellos, hacia los ciudadanos, sino a la desaparición en el tiempo, por muy improbable que lo veamos ahora mismo.
¿En qué parte del camino nos desviamos? ¿Dónde se encuentran los valores que han conformado nuestras vidas socialistas? ¿En qué laberíntico discurso de corta y pega nos hemos situado? ¿Es que se nos han agotado los mensajes? ¿O quizá es que los estamos cambiando por otros “más modernos”?  
Es posible que, entre otros, también sea esto lo que nos está pasando en Alcalá. Y nos puede llevar a la paranoia. Por una parte, se recogen con alegría las papeletas de los electores que al votar lo han hecho conscientemente al PSOE -Partido Socialista Obrero Español, por si a alguno se le ha olvidado- y por otra parte, desde la dirección del Partido y con más intensidad desde la Secretaría de Comunicación y Estrategia se escondían las siglas en todo lo que estaba en su mano y se cambiaban por una “a” de Alcalá,  título de una pequeña publicación que edita la referida secretaría y en la que brilla por su ausencia el logotipo del Partido.
También, a la hora de repartir o buzonear la propaganda del Partido, se hacía vistiendo una camiseta roja, sin referencia al PSOE y sí a una “a” de Alcalá, que por lo que parece ha tomado el relevo a las siglas centenarias en Alcalá de Henares.
Sería deseable que el PSOE, de cara a una renovación que se plantea ineludible, reflexionara con urgencia sobre el sitio en el que estamos y hacia dónde nos dirigimos y estudiara con detenimiento algunas de las propuestas del Movimiento 15M. Sería la manera de demostrar que no se ha perdido la conexión con la ciudadanía que, en un 65%, se ha sentido identificada con el movimiento.
¡Salud!