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martes, 31 de mayo de 2011

En clave regional. Del "Tomás puede más" al "Tomás: ¿cuándo te vas?"

Desde el primer minuto en que se conocieron los malos resultados de los comicios autonómicos del año 2007 se escucharon voces en contra del candidato, Rafael Simancas, que perdió las elecciones y que cuatro años antes había vivido con amargura la maniobra antidemocrática de la derecha para impedir que un gobierno de izquierda gobernara la Comunidad de Madrid. Poco tardó Simancas en asumir su responsabilidad en el resultado y muy pronto el PSM tendría un nuevo Secretario General en la persona de Tomás Gómez. Luego, con el transcurso del tiempo los afiliados socialistas se preguntaban dónde estaba Gómez, dónde se metía; porque no se le veía en la calle ni los medios de comunicación solían ofrecer noticias suyas. Tres años después de situarse al frente del PSM, a un año de las elecciones regionales, los afiliados se preguntaban si en caso de que Gómez fuera candidato a la CAM sería capaz de enfrentarse a la firme candidata del PP, Esperanza Aguirre, porque Gómez era desconocido por la ciudadanía.
En el Partido Socialista sonaron señales de alarma. Las encuestas manejadas ofrecían una previsión de voto preocupante en la Comunidad de Madrid. Un grupo de afiliados, con su firma, solicitó al presidente del gobierno que tomara cartas en el asunto en la primavera de 2010. Meses después, en los comienzos del mes de agosto del mismo año, Rodríguez Zapatero se reunía con Gómez y le comunicaba las malas previsiones de voto si él fuera el candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Por algún motivo, el propio Gómez parece que daba por sentado que él debía ser el candidato por ser el Secretario General del PSM.
Zapatero había propuesto a Trinidad Jiménez para enfrentarse a Aguirre. Las encuestas manejadas por el partido situaban a “Trini” muy cerca de Aguirre, con un porcentaje de voto ciudadano en más de un 30% superior al de Gómez, por lo que, realizando el pacto de izquierdas con Izquierda Unida, podría significar recuperar el gobierno de la CAM. Pero ninguno de los argumentos le valía a Gómez, que exigió unas primarias en las que los militantes decidieran quién sería el candidato. Nada de lo expuesto por Zapatero para beneficio del Partido fue escuchado por Gómez, sólo pensaba en sí mismo. Y pronto nos dimos cuenta de a qué se había dedicado Tomás Gómez durante los tres años al frente del PSM: a controlar las estructuras del Partido, principalmente a través de los secretarios generales de las agrupaciones, a quienes públicamente prometía cargos.
Para muchos afiliados carecieron de limpieza las elecciones primarias del PSM en 2010 por la actuación del grupo de apoyo de Gómez. Las agrupaciones que controlaba, la gran mayoría, tuvieron todos los medios técnicos y humanos a su alcance para solicitar los avales para su candidato desde mediados del mes de agosto. Disponían de teléfonos, asesores de los grupos de concejales y… los números de teléfono de los militantes. Estos últimos no pudieron tenerlos los partidarios de “Trini” hasta mediados de  septiembre, dos semanas antes de la votación. En algunas agrupaciones como la de Alcalá de Henares, los grupos de concejales y las ejecutivas, por unanimidad, firmaron manifiestos de apoyo a la candidatura de Gómez con el fin de atraer para el mismo el voto de los militantes, dándose prisa en  hacer público el manifiesto, porque poco después la dirección federal prohibió realizar estas acciones fraudulentas. Sin medios, pero con ingenio, los llamados “trinitarios” lucharon en desigual batalla y vendieron cara su derrota. Finalmente, Gómez superó a Jiménez por tan sólo un 1,8% de los votos.
 El grupo de apoyo de Trinidad Jiménez había creado su slogan: “Trini puede”, a lo que el de Gómez, con poca capacidad de inventiva, replicó con un “Tomás puede más”.  Esto merece la pena recordarlo, porque acabamos de ver que Gómez ha obtenido el peor resultado histórico del Partido Socialista de Madrid. Quizá les falló a los “tomasistas” el objetivo: quizá se fijaron en que ellos querían ganar a Jiménez por el hecho de controlar el PSM y obtener lo que Gómez les prometía; Tomás podía más porque controlaba más, pero eso sólo valdría para las primarias. En el caso de Jiménez, se hacía hincapié en que, ante todo, se buscaba poner frente a la potente Esperanza Aguirre una candidata de envergadura suficiente, capaz de hacerle frente. Hay anécdotas sobre estas primarias como las contadas por algunos afiliados de la Agrupación de Alcalá de Henares que acudieron a la Casa del Pueblo citados telefónicamente por alguno de los cuatro asesores del grupo de concejales municipal, que desde el primer momento estuvieron al servicio de la candidatura de Tomás Gómez. Cuentan estos afiliados que al llegar a la sede socialista les recibió uno de los concejales, que además tenía cargo orgánico en el partido, y les explicó las ventajas que suponía votar a Gómez, que tanto había hecho por Alcalá, y que “esa pobre muchacha”, Trinidad Jiménez, nada tenía que hacer frente a Esperanza Aguirre. Justo lo contrario de lo que decían las encuestas que, en aquel momento, se publicaban en los medios.
 El 3 de octubre de 2010 Tomás Gómez se alzó con la victoria para ser candidato a la Comunidad de Madrid. Durante los meses que transcurrieron hasta las elecciones, los medios de comunicación fueron dando cuenta de la actuación de Gómez en el PSM, liquidando, defenestrando a todo oponente, a todo aquel que apoyó a Trinidad Jiménez. Con ironía, algún militante llegó a decir que Tomás Gómez Franco había salido a la rama materna de su familia. El caso de Torrejón de Ardoz es uno de los más graves. Los socialistas torrejoneros eligieron en primarias un candidato al que Gómez maltrató con una lista de compañeros de candidatura totalmente tomasista. El candidato amenazó con dimitir si no se rectificaba, pero Gómez manifestó públicamente que si se quería ir, que se marchara. El resultado de la prepotencia de Gómez fue una derrota electoral que llevará décadas corregir en Torrejón.
La campaña por las elecciones autonómicas realizada por Tomás Gómez fue definida por algún medio de comunicación de “ridiculus”. Cometió enormes  errores, sólo explicables por su prepotencia, como el de mantener como Secretaria de Organización del PSM a Trinidad Rollán, condenada por prevaricación. Otros hechos, como el de aparecer en una imagen a caballo y con escudo proclamándose “invictus” hizo sentir vergüenza ajena a muchos militantes socialistas. Es curioso que las encuestas le otorgaran más votos en el inicio de la campaña que a su finalización, lo que significa que, a medida que era conocido, menos gustaba.
Con semejante recorrido el resultado electoral no podía ser bueno. Tomás Gómez obtuvo el peor resultado histórico del PSM, con tan solo el 26,23% de los votos. La “vencible” Esperanza Aguirre le dobló en número de diputados: 72 populares frente a 36 socialistas. Gómez obtuvo aún menos diputados que Rafael Simancas (42 diputados) y eso, teniendo en cuenta que la comunidad había incrementado en nueve sus diputados y que Simancas ya partía de una cifra especialmente baja por haber recibido un voto de castigo como consecuencia del transfuguismo sufrido cuatro años antes. Con el 33,37% de los votos, Rafael Simancas presentó dignamente su dimisión. Pero quienes esperaban un gesto similar por parte de Tomás Gómez todavía esperan. Para muchos afiliados, la imagen de Simancas se ha engrandecido por el comportamiento de Gómez, que se ha escudado en la caída general del Partido Socialista para tratar de salvarse. La no dimisión de Gómez ha provocado que sea el PSOE quien haya cargado con toda la responsabilidad de la derrota, lo que posiblemente afecte de manera muy negativa en el resultado de las próximas elecciones generales. La imagen de un responsable político, noqueado en un rincón del ring mientras lanza sus puños al vacío, es de una tristeza que no se merece ni la ciudadanía ni los militantes socialistas. Necesitamos gestos de dignidad para volver a tener credibilidad. Sin credibilidad no hay proyecto, ni político, ni personal. No puedes echar en las espaldas de los militantes socialistas el peso de tu derrota. De un líder socialista se puede esperar valentía y coraje mientras asume responsabilidades políticas tras una derrota de escándalo. Cuanto más tardes en tomar la decisión de dimitir, menos credibilidad tendrás y tendrá el PSM y sabes que, cuando esta se pierde, es como el agua que se cae en la tierra, muy difícil de recoger.
No sigas dando puñetazos al vacío mientras te falta el aire. Haz lo que tú sabes que tienes que hacer. Por el PSOE.
Es cierto que dentro del PSM careces de una fuerte oposición, porque la has debilitado en los últimos tiempos, aunque hemos de decirte que con tu actitud se está organizando de nuevo, porque los militantes socialistas de Madrid no pueden permitir que tú y la guardia pretoriana en la que te escudaste siga al frente del PSM y las agrupaciones, como si aquí no hubiera pasado nada. Si no se produce una renovación profunda de las estructuras culpables de la gran caída del PSM, dentro de cuatro años quizá no podamos contemplarlo ni siquiera como segunda fuerza política de la Comunidad de Madrid.

viernes, 27 de mayo de 2011

En clave local

Salvo que pudiera producirse un extraño pacto tripartito, en el que habría que valorar los beneficios o perjuicios para sus integrantes, lo más probable es que el PSOE complutense pase otros cuatro años en la oposición. Los afiliados del Partido Socialista deben ser críticos con la gestión realizada durante los últimos cuatro años, que no ha debido ser lo suficientemente buena como para lograr una confianza mayoritaria del electorado que suele votar al Partido Socialista y que no ha sido capaz de aprovecharse de la caída de Bartolo para imponerse como primera fuerza política. El PSOE ha perdido,  respecto a las elecciones de 2007, 4.256 votos, que representan una caída del 5,23%.

En un comunicado a la ciudadanía, Javier Rodríguez ha manifestado que “no son buenos resultados”, es decir, que son malos resultados perder más de cuatro mil votos y dos concejales,  por lo que entendemos de buena fe que piensa dimitir de inmediato junto al Secretario General Eusebio González,  al haber conseguido los peores resultados de la historia del PSOE complutense. Nadie entendería en la ciudad que uno continuara como Portavoz Municipal y el otro como Secretario General del PSOE,  cuando la ciudadanía les ha dicho no a su gestión de oposición, a su estrategia, a sus planteamientos políticos. Todos esperamos que por dignidad y por respeto a los ciudadanos y a los militantes del PSOE dimitan de manera inmediata. Confiamos en que sus intereses personales no sean superiores a los intereses del partido y a los de la ciudad. No dimitir los lleva al desprestigio personal absoluto y al partido que representan lo ponen a los pies de los caballos. El PSOE debe estar por encima de las personas y de sus intereses. Para avanzar es necesario un nuevo proyecto y otras personas que lo lideren.
Durante los próximos cuatro años, los afiliados socialistas de Alcalá de Henares deben exigir que las cosas se hagan de otra forma y velar por ello. Debe tenerse en cuenta que de los once concejales obtenidos hace cuatro años, nueve de ellos fueron completamente liberados y los dos restantes lo fueron a tiempo parcial; pero el enorme coste para las arcas municipales de tanto liberado parece que no ha  reportado beneficio alguno al Partido Socialista. Incluso, algunos críticos consideran que la liberación masiva de concejales opositores ha sido un elemento tapabocas que ha servido para suavizar la crítica al equipo de gobierno del Partido Popular. De hecho, afiliados socialistas se han venido quejando, durante los últimos cuatro años, de que sus concejales no han realizado una oposición suficientemente firme, con las consecuencias electorales que se han visto.
En otras legislaturas municipales el número de concejales liberados en la oposición no fue tan numeroso como lo ha sido en estos cuatro años, precisamente cuando la situación de las arcas municipales ha pasado por su peor momento. Esperamos que el partido que finalmente gobierne el ayuntamiento de Alcalá de Henares considere que, especialmente en este momento de crisis, supone un enorme despilfarro la liberación masiva de concejales de la oposición, pues es innecesario que todos ellos realicen su labor en dedicación exclusiva, con nóminas que rondan los 3.500 euros mensuales. También debe considerar el equipo gobernante que una liberación muy amplia de concejales opositores va a ser muy mal vista por parte de la ciudadanía, que les va a acusar de falta de honradez por acallar al contrario con el dinero de los contribuyentes.
Por último, un asunto a tener en cuenta en este momento de formación del nuevo ayuntamiento es la posibilidad de renuncia al acta de concejal de personas que integraron las candidaturas. Este es un asunto especialmente grave si se produce en partidos relegados a la oposición, ya que significaría que únicamente estaban dispuestos a ser concejales en caso de conseguir el gobierno municipal. De suceder algo así dentro del Partido Socialista, esta falta de ética no debe ser tolerada y consideramos que las medidas que deberían adoptarse serían requerir al concejal o concejala que se mantenga en el cargo para el que se presentó y resultó elegido  o, en caso contrario, su expulsión del partido. Esto tiene sentido por la información que nos llega de los mentideros políticos complutenses, en los que se comenta (no afirmamos) que Fernando Fernández Lara, que figuraba en el sexto lugar de la candidatura socialista, habría comentado en sus círculos más próximos que sus intereses estaban en formar parte del gobierno de la ciudad, y al no ser ello posible, pensaba en la posibilidad de abandonar el acta de concejal para dejar paso a Mónica González, que figuraba en el décimo lugar de la candidatura.

lunes, 23 de mayo de 2011

Resultado electoral del PSOE. Para meditar...

El resultado obtenido por el Partido Socialista Obrero Español en las elecciones de 2011 ha sido pésimo. Junto a la crisis económica, que ha producido un enorme desgaste del partido, la manera de hacerse las cosas en Madrid desde las elecciones primarias han provocado un hundimiento generalizado del partido. Esa victoria "de aparato" obtenida en octubre de 2010 creó una división en el partido que no ha sido capaz de ser superada. La gestión cuestionable de esa victoria por parte de Tomás Gómez, dejando fuera de participación a la otra mitad del partido, que apoyó a Trinidad Jiménez, se ha trasladado al voto. En municipios como Torrejón de Ardoz, en el que se indujo al abandono del cabeza de lista, que había apoyado a Jiménez, se ha producido una debacle sin precedentes. En Alcalá de Henares, en la que se vendió la imagen de Javier Rodríguez junto a un invictus Gómez, el fiasco ha tenido la misma sintonía. Quizá se quiera maquillar el resultado con la bajada en votos y número de concejales del PP, pero creemos que ello ha sucedido por un enorme error de estrategia de los populares, ya que valoraron más la imagen de un amortizado Bartolomé González que el beneficio aportado por una cara nueva. En detrimento de la estrategia del PSOE complutense habría que decir que no han sabido aprovechar el hundimiento de Bartolo para tomar el relevo.

La situación del PSOE es grave. En Madrid y en Alcalá de Henares no pueden seguir haciéndose las cosas como se han hecho, porque de lo contrario caminaríamos hacia la autodestrucción. El PSOE no debe ser una empresa en la que hay gente colocada, sino que debe ser un órgano de representación y gestión de necesidades ciudadanas.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Presencia destacada de la derecha dura en la lista pepera

La lista de candidatos a concejales que presenta en estas elecciones municipales el Partido Popular muestra pocos cambios, en los primeros puestos, respecto a su equipo de gobierno actual. Su cabeza de lista y actual alcalde, Bartolomé González, ya había señalado que así sería. Pero entre tanto más de lo mismo hay un detalle del que se comenta apenas nada en la calle y que consideramos que no debe pasar desapercibido: el candidato situado en el segundo lugar es Francisco Javier Bello Nieto, quien ya fue concejal en el gobierno 1991-95. Este candidato, que ha pasado durante años por representar la oposición interna a Bartolo en su partido, es el presidente de la Asociación de padres y madres del colegio Alborada, centro escolar  del Opus Dei que nos metieron en Alcalá entre Esperanza Aguirre y Bartolo.  De esa relación con la obra de San Josemaría se trasluce que Bello también representa el ala más a la derecha de su partido, lo que podría equivaler a la extrema derecha, llamando a las cosas por su nombre. Esto no deja de ser significativo en una campaña donde el mensaje que intenta vender el Partido Popular, aunque nadie se lo crea, es el de que se trata de un partido de centro, lo dice su eslogan: “Centrados en ti”.

Por otra parte, el número tres de la candidatura, Gustavo Severién, es un ciudadano madrileño que llegó como concejal hace varias legislaturas; lo enviaron desde Madrid en una época convulsa del PP complutense, a modo de comisario político. De Severién se dice, aunque no podamos confirmarlo, que pertenece a alguno de los grupos más radicales de la Iglesia Católica, del tipo de los Legionarios de Cristo; grupos que también suenan como ligados a la extrema derecha política.

En otro lugar de la candidatura también aparece un candidato que era habitual en los ambientes ultras alcalaínos, como cierto establecimiento hostelero hoy desaparecido.

Con estos candidatos que nos proponen, conceder el voto al PP equivale a insuflar aire a la extrema derecha, que ocupa claramente un amplio espectro del partido. Esta es la diferencia entre la derecha que representa el PP en España respecto a la derecha europea: la derecha que se mueve por Europa es una derecha moderna, que no está anclada en el pasado, que es moderada y no integra a la extrema derecha y que, por lo general, es laica. El PP es todo lo contrario, vive en comunión con el ala más reaccionaria de la Iglesia Católica (afecta a cuestiones hoy resueltas, como el matrimonio entre personas del mismo sexo), le gusta la democracia sólo cuando gana (ignominiosa campaña de sospecha sobre el PSOE en los crímenes del 11M) y tiene afiliados que añoran tiempos pasados, en los que las cosas no se proponían, sino que se imponían.

Barlomé González figura también en la lista a la Asamblea de Madrid y, por su posición en esa lista, saldrá elegido. En los últimos cuatro años, Bartolo sólo se ha dejado ver por Alcalá durante el último, de ello se traduce que su interés por el gobierno local es mínimo. Pensemos en la posibilidad, muy probable, de que Bartolomé González acabe abandonando la alcaldía complutense para terminar demostrando su dudosa competencia en cualquier cargo que le brinde su jefa Esperanza. En ese caso, el señor Bello pasará a ser el alcalde complutense. Triste porvenir.

Quien tenga pensado votar al Partido Popular, pero no comparta el pensamiento de una derecha rancia, debe meditarlo. Los partidos de centro gustan a los ciudadanos porque no les obligan a escorarse hacia uno u otro lado del pensamiento político. Votar al PP no es votar al centro, por mucho que este partido intente vender esa idea, y corremos el riesgo de que Alcalá de Henares tenga un alcalde muy cuestionable.