A pesar de todo. . .

Es posible ganar las elecciones municipales en Alcalá de Henares.

Para comenzar, si conseguimos hacer de la elección interna de nuestros candidatos una fiesta democrática, si somos capaces de reflexionar, analizar y debatir sobre los mejores candidatos que podemos ofrecer a una ciudadanía que todavía nos espera.

Candidatos y candidatas con los mejores perfiles socialistas, reconocidos por los vecinos por su capacidad de representar a una ideología centenaria preñada de valores, por su capacidad profesional, por su capacidad de relación con los demás, por su trayectoria democrática, por su dedicación a los ciudadanos y a la ciudad.

Menos mal que no somos de esas organizaciones oscurantistas donde los criterios de selección de candidatos se llevan a cabo no por las  capacidades personales y políticas, sino por las lealtades transitorias personales a los dirigentes actuales, por ser amigo o amiga de alguien, por haber compartido pupitre en la escuela, para pagar algún favorcillo, para ofrecer puestos de trabajo bien remunerados en premio de favores futuros, etc. Menos mal que nosotros no somos así, por eso el requisito de trasparencia es tan importante. Trasparencia para que los ciudadanos/as puedan reconocernos como portadores de las ideas y soluciones que necesitan en una ciudad que pudo ser y no es; una ciudad donde la indolencia y la mediocridad de sus dirigentes dictan un futuro sin proyectos e ilusiones, donde los ciudadanos parecen haber abandonado su derecho a rebelarse frente a unos responsables políticos cada vez mas alejados de las necesidades y sentimientos colectivos.

Y no siempre fue así. Fuimos capaces no hace mucho tiempo de organizar un sentimiento colectivo de rechazo y rebelión de la ciudadanía contra la imposición de una incineradora en las proximidades de la ciudad. Y lo hicimos compartiendo con todos los ciudadanos sus sentimientos y sus necesidades, liderando su rebelión y sus ansias de justicia, siendo creíbles por el trabajo y la responsabilidad; como se ha hecho siempre que los valores han estado por encima de los pequeños intereses.

Ahora toca discutir la excelencia de los candidatos, incluida la posibilidad de integrar personas independientes conocidas en la ciudad, su credibilidad por la ciudadanía, su generosidad, su talante y su talento para la tarea política - siempre tan denostada -, su honradez... Candidatos y candidatas que aporten valor añadido a las siglas, que añadan votos personales en estas elecciones de ciudad. Si lo conseguimos habremos dado un gran paso para ganar el respeto y la consideración de los ciudadanos y, por consiguiente, su apoyo. Del acierto en esta decisión dependerá en gran parte el futuro político de esta organización en los próximos años y más allá. Por tanto, a los dirigentes les cabe una gran responsabilidad; de las decisiones que tomen dependerá en gran medida el  resultado de las elecciones.

Además de los proyectos de ciudad que presentemos, sería interesante ir ofreciendo ya una muestra de nuestra posición personal en la política. Los trabajadores, de los que formamos parte, tienen salarios que se encuentran en el entorno de los dos mil euros mensuales si tienen una gran antigüedad en la empresa. Un enfermero o enfermera con muchos años de trabajo en hospitales públicos está en esa cifra más o menos.

¿Por qué no ofrecemos a la ciudadanía nuestra generosidad, asumiendo ese salario medio y ofreciendo el resto para actividades públicas de la organización con las personas y colectivos más necesitados de nuestra ciudad? Nosotros no venimos a la política para hacer dinero sino para servir desde nuestras ideas a los ciudadanos. Sin duda, daríamos un mensaje  de complicidad con los ciudadanos. Un mensaje ético, un mensaje socialista.

Todavía estamos a tiempo. Salud.