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sábado, 12 de noviembre de 2011

Pelea por lo quieres

No tiene Alfredo Pérez Rubalcaba el aroma de esos líderes mitineros que encienden con su verbo pasional a las masas. Tampoco tiene el de esos registradores de la propiedad en política, lentos y aburridos escribanos de habla sosa y azulada, tirando a lila, que no dicen nada, por no decir lo que piensan.

Es Alfredo Pérez Rubalcaba un político que inspira confianza. Al que se le podría comprar la moto de segunda mano sin temor a un engaño. Leal con su Partido, con sus compañeros, con los ciudadanos. Allí donde se han necesitado sus servicios ha estado, sin importarle el nivel de dificultad de la tarea. Como ejemplo más notable, el asumir en tiempos más que difíciles la responsabilidad del discurso socialista y la cabeza de su cartel electoral.

Tiene el discurso del viejo profesor que explica la lección en tono pausado, poniendo el acento en lo importante, algo de recuerdo histórico y mucho de alternativas a esta etapa rabiosa y conservadora que domina la Unión Europea, a ese futuro de banqueros, mercaderes y políticos de derechas actuando sin la brida que impida esos excesos que cíclicamente llevan a la ruina a un cada vez mayor numero de personas.

Mira a los ojos con serenidad, mientras sus manos aletean en sintonía con sus palabras en busca de la pausa necesaria, del acento inevitable, del punto y seguido, de la confidencia al oído. Parece que lo cuenta personalmente  a todos y cada uno de los participantes, como si dispusiera de todo el tiempo, haciéndote sentir importante y necesario.

Es Alfredo Pérez Rubalcaba una referencia política del socialismo. Escuchándolo, se vuelven a saborear las esencias de una ideología social que contiene en su núcleo la más firme defensa de la libertad, de la igualdad, de la justicia, de la solidaridad, de todo aquello verdaderamente importante para las personas dotadas de capacidad para la reflexión.

Trae en la mochila ilusión y esperanza en que las cosas pueden cambiarse, que sí hay futuro, que no nos dejemos engañar por los manipuladores de siempre, los del dinero y el poder. Que si queremos, podemos. Que tenemos que pelear. Que el futuro en democracia se hace con el voto de las gentes, de los trabajadores, con su tejido asociativo, con sus sindicatos, esas organizaciones sometidas por las derechas a todo tipo de embates, intentando mermar su credibilidad, sabiendo que son el muro que en última instancia defiende a los trabajadores del acoso sostenido de patronales empresariales y otras, que encuentran en ellos esa trinchera que frena su egoísmo, su rabia y su interés. Ahora pretenden dar el golpe definitivo. No a la negociación colectiva de sector y sí a la negociación colectiva empresa a empresa, lo que lleva a los trabajadores a una situación de semiesclavitud, al tener que ceder ante el empresario o verse forzado a buscar otro empleo, careciendo del respaldo efectivo de los sindicatos de clase.

Comenzó la campaña electoral en Alcalá de Henares, en el viejo recinto polideportivo de El Val, sin voces, que no son necesarias si la audición es buena, con contenidos políticos de explicación de la vieja pelea del hombre, entre el sistema de libre mercado y el sistema del Estado social, ese al que los economistas llaman Estado del bienestar.

Representan PSOE y PP, modelos absolutamente antagónicos, desde su origen, militancia y objetivos. Unos apuestan por la clase trabajadora, por la mayoría de los ciudadanos en avanzar en derechos, en la distribución de la riqueza, en la igualdad, mientras otros apuestan descaradamente por la destrucción del Estado social y sus políticas de cohesión, llevando al terreno del negocio, la sanidad, la educación, la dependencia, las infraestructuras, y dentro de poco, si les dejamos, las cárceles y el ejército, o al menos una parte de él.

Esto se vio reflejado con claridad en el debate que se produjo en televisión, entre Pérez Rubalcaba y Rajoy. Las consecuencias de ese debate están por ver en el resultado de las próximas elecciones del día 20 de noviembre. Si de manera objetiva analizásemos lo que vimos y escuchamos en el lugar en el que se produjo el debate y lo comparásemos con una velada de boxeo, llegaríamos a la conclusión de que uno de los púgiles desde el primer segundo se fue a por su adversario marcando puntos continuamente y alcanzando con algunos golpes rotundos en el terreno de las políticas sociales, en el de la plasmación de nuevos derechos, mientras que el otro, creyéndose ganador, sin apostar nada, sacaba puños para frenar las acometidas  del primero, consiguiendo conectar algunos golpes en el terreno  de la descripción de una situación económica de infarto.  

Para Compromiso Socialista, ese combate lo ganó Rubalcaba a los puntos, con poca diferencia, toda vez que Rajoy se plegó bien en cuerdas y defendió su pasividad y falta de contenido político como la mejor estrategia para esperar el fin del combate. 

No está todo dicho en estas elecciones. A pesar del ruido de la derecha, de su algarabía, hay un sector muy importante de la sociedad que guarda silencio, ese silencio reflexivo del que no estando de acuerdo con algunas políticas socialistas, piensa que el no apoyarlos en estos momentos puede ser un cheque en blanco a los que más conocen de cheques, a los Aznar, Aguirre, Mayor Oreja, Camps, Arenas, Cospedal, Rajoy….

 Las políticas del PP en las CCAA que gobierna ya avisan a navegantes de lo que espera a los trabajadores. Mucha manipulación de la derecha mediática  -propietaria de la mayor parte de los medios de comunicación-, apoyo de la derecha financiera, CEOE, Círculo de empresarios, Banca, bendición de la iglesia católica, vanguardia activa en la calle contra la asignatura Educación para la Ciudadanía, contra la ley de igualdad, contra la ley del aborto, contra la ley del matrimonio homosexual, etc., etc. y también muchos recortes en lo que hemos construido y pagado entre todos para beneficio exclusivo y excluyente de la familia neoconservadora, que se verá premiada con dinero y con cuotas de poder social sobre los trabajadores, sobre el conjunto de la ciudadanía.

Pero eso será, o no, una vez que todos hablemos con nuestro voto en las urnas el próximo 20 de noviembre. 

¡Salud!

3 comentarios:

  1. Pero donde estais los que pensais asi. Quiero conoceros y apoyar vuestras opiniones politicas. Alcala esta muerta. Parece que no quieren que gane Rubalcaba, no hay ninguna actividad de partido, solo buzonear una revista de la a. Hace falta una rebelion progresista.

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  2. Me alegra enormemente ver que continuais aquí y que seguís siendo auténticos. Rubalcaba es el mejor candidato para plantar cara a esta derecha crecida y con ganas de revancha. Me siento orgulloso de él, pero no de mis compañeros del PSM que estan jugando muy sucio. No se si porque querian a otro candidato o porque estan acomplejados y solo saben pelear cuando se juegan su silla o cuando van a ganar.

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  3. En esta campaña estamos recuperando valores que habiamos abandonado.Despues del 20 N, el PSOE se tiene que sentar para fijar con claridad su futuro, diciendo NO a las mesas camilla, abriendo todas las listas a la militancia, regenerando el Partido. Trabajo voluntario y nada mas que voluntario. Desde que se coge un salario, en nuchos casos muy abultado, hay olvidos clamorosos. Esto no puede ser una profesion.

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